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CONSEJO

TIPOS DE AZÚCAR

Foto 1

AZÚCAR BLANCO

Es el azúcar de mesa que tradicionalmente hemos usado. Es un disacárido (dos moléculas de azúcar), sacarosa, formado por una molécula de glucosa y otra de fructosa.

Actualmente, muchos estudios lo corroboran, el consumo, el elevado consumo de azúcar blanco (muchos alimentos procesados en su composición llevan azúcar, de ahí la importancia de leer las etiquetas) se relaciona con enfermedades como sobrepeso y obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, caries...

Este azúcar se engloba dentro de lo que se llama alimentos de "calorías vacías", que quiere decir que no tiene ningún beneficio nutricional para el organismo.

Informar, recomendar y ayudar a limitar su consumo (recordad que no se recomienda más de 25 grs. de azúcar al día) es uno de los objetivos, entre otros, más importantes que tenemos las personas que nos dedicamos a la salud.

AZÚCAR DE CAÑA SIN REFINAR O PANELA

El azúcar de panela es el azúcar integral de caña. Se obtiene simplemente a partir de la evaporación de los jugos de la caña y la posterior cristalización de la sacarosa.

La panela no es sometido a ningún tipo de procesado (refinado, centrifugado, depuración...) y por ello conserva todas las vitaminas y minerales presentes en la caña de azúcar. De todas maneras, el aporte de vitaminas y minerales de la panela es más bien escaso y su aporte calórico es un poco más bajo que el del azúcar refinado (350 cal/ 100 grs frente a las 400 del blanco) por lo que también es aconsejado moderar su consumo.

FRUCTOSA

La fructosa (monosacárido, solo una molécula de azúcar) es un azúcar natural presente en verduras y sobre todo en las frutas (de ahí su nombre), que no requiere de insulina (como la glucosa) para su metabolización por lo que, por esta razón y porque no eleva las cifras de glucosa en sangre tanto ha sido aconsejada durante un tiempo en diabéticos.

Actualmente se sabe que la fructosa (la procesada, no la que naturalmente está presente en los alimentos) eleva los niveles de grelina en sangre (hormona hace que sintamos hambre) y disminuye los de insulina y leptina (que disminuyen el apetito) que se relaciona directamente con quedarnos con “sensación de hambre“ y de esta manera favorece el aumento de peso, aumento de colesterol y triglicéridos y del ácido úrico.

En las etiquetas de los alimentos debemos saber que además de fructosa como tal puede aparecer entre sus ingredientes jarabe de fécula de maíz o fructosa de maíz que básicamente es fructosa.

SIROPE DE ÁGAVE

Es un edulcorante refinado que se obtiene del procesamiento del néctar del ágave. Por tanto, es un alimento refinado que ha perdido todas aquellas propiedades nutricionales que podría tener el Ágave (planta originaria de México).

La composición fundamental del este sirope es fructosa (procesado) por lo que, según hemos comentado en el párrafo anterior, su consumo tampoco está aconsejado. Se recomienda por ello moderar mucho el consumo de azúcares procesados y leer bien las etiquetas de los alimentos procesados para tener conocimiento de la cantidad de azúcar que forma parte de su composición.